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12.5.08

Consideraciones acerca de la comprensión de la promoción de salud desde la dimensión del capital social

Las actuales políticas del MINSAL apuntan a transformar toda la red de consultorios de atención primaria del país en los denominados Centros de Salud Familiar, en donde el responsable mayor de la salud del individuo no será el centro médico solamente, sino el sujeto mismo, su familia y la comunidad entera, generando dinámicas en conjunto donde se potenciará la promoción de salud y estilos de vida saludables, otorgando de esta forma un mayor poder y control tanto a la comunidad entera como al individuo sobre su propia salud para el beneficio de la mayoría.

Es en este giro desde lo individual hacia lo colectivo donde el concepto de capital social nos puede resultar útil y pertinente de revisar.

El concepto de capital social es relativamente nuevo (a pesar de que fue generado y utilizado primeramente en pedagogía por alla por inicios del siglo pasado) y ha sido profundizado mas por autores como Putnam, Coleman o Bourdieu. Entenderemos para nuestros propositos capital social como "las relaciones informales de confianza y cooperación (familia, vecinos, colegas), la asociatividad formal en organizaciones de diverso tipo y el marco institucional normativo y valórico de una sociedad que fomenta o inhibe las relaciones de confianza y compromiso cívico". Podemos tambien subdividir el capital social en dos dimensiones distintas: una dimensión cognitiva derivada de estructuras no visibles provenientes de procesos mentales y reforzadas por alguna ideología, cultura o conjuto de normas y otra dimensión estructural donde podemos meter a los roles, las reglas y los procedimientos en donde las relaciones de apoyo y ayuda se pueden dar de forma vertical (linking o enlazamiento) u horizontal (bonding o de unión o bridging o de aproximación) entre los diversos involucrados (la comunidad, el consultorio, el individuo).

El capital social debe ser visto como un factor relevante en la búsqueda de cohesión social, entendiendo a su vez esta como la "ausencia de conflicto social latente y presencia de fuertes lazos sociales, donde se incluyen la confianza y las normas de reciprocidad (como capital social), las asociaciones que superan las divisiones sociales (‘sociedad civil’) y las instituciones dedicadas a manejar los conflictos (respuesta democrática, poder judicial independiente, y otros)". La importancia de que los elementos que componen el capital social sean oportunamente reconocidos y favorecidos es esencial en el desarrollo de la participación activa de una comunidad en la gestión de su propia salud.

El empoderamiento ("proceso de acción social que promueve la participación de la gente, organizaciones y comunidades hacia los objetivos de lograr un mayor control individual y comunitario, eficacia política, mejoría en la calidad de vida comunitaria y justicia social"(Freire, 1973)) de la comunidad , se hace dificil de entender sin tener en consideración los conceptos de reciprocidad, colaboración y confianza mutua presentes dentro de la generación de un capital social. La capacidad de intersección del empoderamiento individual y el colectivo radica en el reconocimiento del sentido de comunidad y en la búsqueda de su bien mayor en un proceso que Freire llamaba "concientización" o la formación de una visión crítica de la realidad y la generación de iniciativas que busquen la transformación desde un punto de vista social.

La potenciación de este capital puede permitir también la sustentabilidad de estas políticas a traves del tiempo mucho despues que sus incentivos (e incentivadores) iniciales hayan desaparecido del panorama, al lograr integrar cierto número de practicas y saber-hacer específicos y haber ya establecido firmemente los roles de cada individuo (de forma tanto individual como colectiva) y las redes de enlace (sean estas de forma vinculante, de aproximación o de unión) dentro del tejido de la comunidad. El empoderamiento favorece, a su vez, la competencia cultural de las iniciativas de promoción y esto puede llevar solamente a un impacto real mas fuerte de estas iniciativas.

Finalmente es necesario advertir los lados no positivos del capital social, dentro de los que quisiera destacar la ambigüedad de su definición lo que conlleva un posible uso erroneo del término (i.e. puedo haber escrito puras estupideces). Tampoco está muy claro el tipo de iniciativas o relaciones (dentro del área específica de la promoción de salud y estilos de vida saludable) sobre los cuales el capital social pudiera tener o no una mayor o menor incidencia, lo que conlleva el riesgo de intentar utilizar una herramienta inadecuada en la solución de un problema y, ya que estamos hablando de comunidades concretas de individuos, es un riesgo que no debe ser tomado a la ligera.



*Las citas provienen del artículo "Capital Social y Promoción de Salud en América Latina" por Jaime C. Sapag e Ichiro Kawaicho, sacado de Rev. Saúde Pública 2007;41(1):139-49

nadainteresanteaca@gmail.com
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