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30.1.08

viajes internos: lsd-25

LSD-25, es una abreviatura del alemán Lyserg Säure-Diäthylamid 25 o Dietilemida del Ácido Lisérgico 25, pues ese era su número entre una serie de 26 derivados sintéticos que fueron aislados a partir del cornezuelo y estaban siendo investigados en el laboratorio de Sandoz por Albert Hoffman.

La primera vez que la probé recuerdo no haber sentido nada (demasiado) extraño, era como una borrachera leve y agradable. Mientras el resto de los amigos con los que estaba parecian estar completamente tripeados, yo solo reposaba en una cama mientras escuchaba la música de un juego de Play2 que no recuerdo ahora (si, habia un Play2, no estaba imaginando eso). Sin poder dormir y con la mente trabajando a full, contesto el telefono de mi habitación y, con mi conciencia un poco difusa por decir lo menos, me comprometo para trabajar en un par de horas. Error crítico. Me presento a trabajar completamente bajo los efectos del tripi y, de no ser por un amigo que se ofreció a ayudarme, tal vez me hubieran despedido y hubiera tenido que volver a Chilito con el rabo entre las piernas.

La segunda vez que ingerí LSD-25 fue completamente diferente:
Era el último día oficial de trabajo (decidí faltar al trabajo sin dar explicaciones a nadie durante la ultima semana, total si me despedian me daba lo mismo) y estabamos todos motivados para salir a festejar esa noche. Toco la puerta de unos amigos y estos me reciben no con un "hola" sino que con un sugerente "¿ácido?". "Que demonios -pensé- es mi ultimo dia" e ingerí un pedacito de papel impregnado con unos pocos gammas (1 gamma = 0.000001 gr) de susodicha substancia.

Mientras esperabamos que nos hiciera efecto, nos tomamos un par de cervezas y finalmente decidimos partir a Garf's con un grupo mas de compañeros de trabajo a bailar y celebrar toda la noche. Corrian cervezas, abrazos, tequilazos, una que otra pastillita de MDMA (de las que no tomé ninguna) y todo estaba de pelos, pero no sentia nada. Es mas, comparativamente sentia que me habia pegado menos que la primera vez y estaba decepcionado completamente... por lo que al terminar la fiesta, y bajo los efectos del alcohol y de unos porritos que habia consumido unas horas antes, me dirijo en dirección al Resort cuando me encuentro con Saíd, un amigo de Jordania, y decidimos regresar juntos para hacer mas ameno el viaje, cuando de repente abre su mano y veo un pequeño papel con un ojo dibujado. "Cuando lleguemos, la mitad será tuya y la otra será mia -me dice- para celebrar que es nuestro ultimo dia".

Llegamos y el hombre cumpió su palabr
a. Ingerí la mitad, compartimos un caño y decidimos separarnos para experimentar solos el viaje. El se fue a su pieza e inmediatamente me dedique a recolectar una serie de viveres que me acompañarían en mi tan esperado viaje: el Roseland NYC de Portishead, una bolsa de M&M que me habia comprado durante esa tarde, un par de cigarrillos sabor frambuesa, unos pocos buds extra y unas latas de Guinness en caso de que me diera sed.

El ácido actua de forma extraña en el cuerpo: un segundo estas esperando ansiosamente por sus efectos y el siguiente estas completamente sumergido en ellos, sin haberte dado cuenta del momento exacto de la transición. Es como si hubieran cambiado el software con el que tu mente interpreta la realidad, y todo aquello que parecia obvio e incuestionable antes ahora no lo era tanto. Los sentidos se incrementan y se mezclan sinestesicamente a un nivel tal que yo escuchaba el disco de Portishead con la palma de mis manos, sintiendo cada nota atravesar mi brazo y llegar luego a mi cerebro. La percepción temporal tambien se ve alterada, lo que puede llegar a ser desesperante considerando que el viaje en si dura entre 8 y 10 horas, aunque los efectos pueden subsistir durante unas 12 horas en total desde el despegue inicial hasta el aterrizaje total. Olvidense de dormir mientras esten en ácido.

Las barreras mentales autoimpuestas se derrumban y te encuentras cara a cara con tu irreprimido yo: me dediqué entonces a pensar y repensar acerca de lo que habia sido para mi la experiencia de vivir fuera de casa y a miles de kilómetros de distancia, en lo mucho que extrañaba a mi familia y a mis amigos, el sabor de las comidas y el ruido de las calles, y de lo mucho que habia aprendido durante mi estadia allá. Fue en ese momento en que experimenté una fuerte, irreprimible y sobrecogedora fuerza que me obligó a llorar. Lloré y lloré por lo que me pareció una media hora, dejando salir todo lo que tenía dentro y que, es posible, no haya podido salir nunca de otra forma.

Después de eso salí de mi habitación a mojarme la cara y despejarme un poco cuando veo salir a Saíd balbuceando algo en árabe para luego decirme "This is not happening. This is not happening" y vuelve a entrar a su pieza.

Muchas otras cosas pasaron durante esas 10 horas, pero la gran mayoria de ellas eran tonteras triviales: unas vagas alucinaciones visuales y auditivas (no tanto como ver elefantes rosados voladores, pero si ver mi imagen bizarramente distorsionada en el espejo), hipersensibilidad y conversaciones incoherentes con gente que me encontraba en el hotel cuando decidi salir a dar una vuelta.

Estaba en ácido, lo sabía, y no me importaba mucho.

Esta foto de hecho la saque al reves para simbolizar que mi mundo estaba de cabeza, que el cuestionamiento habia alcanzado su punto máximo y nunca debia olvidar lo que habia aprendido

A eso de las 9 am. siento que llegan unos amigos a golpearme la puerta: eran los mismos que me habian dado el primer ácido esa misma noche. "Que mierda haces acá!! Sal de mi pieza ahora!" lo escucho decir, pero el sonido salia unos 5 segundos despues de que se movia la boca (como lo que pasa con las malas traducciones de las peliculas de artes marciales). "Estoy en ácido, asi que no entiendo mucho lo que pasa - respondí un poco confundido - ¿como que tu pieza?" Y entonces lo recuerdo: estuve toda la noche esperando a que llegaran estos tipos de Garf's en su habitación y no podia estar en mi pieza ya que mi roommate y su novia estaban clandestinamente haciendo las tareas y les habia prometido no molestarlos. "Ah, estas tripeado... nosotros tambien, asi que te perdonamos... vuelve mañana, compramos una pizza y hablamos mas de esto que ya es hora de dormir".

Todavia un poco extrañado por lo que estaba pasando, pero con la sensación de haber vivido algo increiblemente importante, llegué a mi pieza, me subi a mi cama, cerré mis ojos y me dormí.

A la mañana siguiente (tipo 1 pm del mismo día) me despierto completamente descansado y con cero resaca y mi compañero con su polola me preguntan en un tono preocupado "¿estas bien?" "si, lo estoy - respondo - estoy mejor de lo que he estado en mucho tiempo... he visto cosas que ustedes no creerian" le dije parafraseando a Dekker, y ellos rieron al entender la referencia. Luego fui donde mis amigos, compramos la pizza y discutimos sobre lo que vivió y descubrió cada uno.

Desde ese dia, nada ha sido lo mismo.

4 comentarios:

Gkan dijo...

Weeeeeeeeeeeeena bro.... excelente relato, me recorde de mi primer lsd tmb jejeje, excelente experiencia... aunque la ultima vez fue 1000 veces mejor, a ver si me animo con un blog y relato tal experiencia jejeje

Anónimo dijo...

sabes que mientras leo esta gran historia acerca del lsd escucho a the velvet underground?, JAJAJA NADA ES PORQUE SI AMIGO MIO.

saludos y pasa por mi blog

mr-uruguayo.blogspot.com

Anónimo dijo...

Cómo se te ocurre tomar antes de tomarte un trip!!!!

el copete te lo baja, por eso no habíai subido antes

el pito te lo sube pero te lo distorsiona, como que se suman, te pones algo más introspectivo

MALDITO COPETE NO MEZCLEN COPETE CON NADAAAA NO SEAN WEONES

Anónimo dijo...

vendeme.regaalame :D LSD nene

derh_happy@hotmail.com