acerca de las razones aparentes de este blog

Quizá se pueda culpar al verano y al ocio supremo que lo acompaña. Quizá incluso a mi mismo y mi propio e inherente nivel de ocio. Quizá sea esa necesidad compulsiva que tengo de escribir lo que tenga en la cabeza, ya que las palabras llegan al papel de mejor forma de la que podrían llegar a los oidos.

Tengo ese problema. Soy mejor escribiendo que diciendo, como que se pierde algo de sentido al transmitir por el aire mi idea, algo se difumina, se disuelve en el aether. El tono, la gesticulación, la mirada, la forma de pararse, son todas cosas que se conjugan para, de cierta forma, alterar el mensaje, aunque este mensaje per se no se vea alterado. Las cosas entran primero por la vista, y podriamos decir que las ideas entran primero por el oido.

Esa diferencia entre el como se dice y aquello que se dice es casi sinergética, ahora bien, si esta sinergia es a favor o en contra de la intencion primaria del interlocutor dependera netamente de su capacidad argumentativa. O sea, de la claridad y seguridad con que diga lo que quiere decir.

El problema radica en que, generalmente, no tengo idea de lo que quiero decir. Simplemente vomito palabras encima de un papel (electronico o real) y espero que tengan sentido al leerlas de corrido.

A veces funciona. A veces no.

Supongo que eso es lo que quiero hacer ahora. Masturba tu mente y eyacula ideas reza el popular adagio, y me parece una muy buena idea el hacerlo.

Huelcom.